ENTREVISTA | Alejandro Becerro: “La clave es la paciencia en conseguir lo que nos proponemos”

Alejandro Becerro, secretario del club y parte importante del área social, no se ha separado de Unionistas CF desde el nacimiento de la entidad. Cinco años después, deja claro que formar parte de este gran proyecto merece la pena.

– ¿Cómo terminaste en Unionistas CF?

Ante la desaparición de la Unión Deportiva Salamanca, hablé con los aficionados, con Antonio concretamente, y me comentó que se estaba fraguando un proyecto diferente, de recuerdo a la UDS. Me acuerdo perfectamente, estaba en las fiestas de La Alberca y les dije que contaran conmigo sin duda y, que a la próxima reunión que tuvieran, me apuntaba. Y todo en lo que pudiera ayudar, allí estaba.

– ¿En qué consiste tu labor?

A la hora de entregar subvenciones, hablar con la Junta cuando nos entregan el dinero, qué solicitud hay que presentar, papeles con la Federación, firmar algún documento… aquello que tiene un poco que ver con el ámbito administrativo y de instituciones. Al principio es complicado. Tanto en lo social como en lo administrativo, cuando no se conocía a nadie, costaba mucho. A medida que el club fue creciendo, ya fue más fácil. La clave es la paciencia y la insistencia en conseguir lo que nos proponemos. Mucha veces hay gente que no te toma en serio, que no te recibe… pero hay que seguir.

– Como responsable social, ¿qué acciones destacarías en estos años?

Sobre todo cuando empezamos con las asociaciones de AVIVA y ASPACE, que fueron las primeras en ponerse en contacto con nosotros. Tuvimos una acción muy bonita, que fue ir a ver al hospital a los niños e incluso ir a donar sangre, que hemos ido con los jugadores más veces. Cada acción es diferente, pero todas tienen ese toque especial que hace diferente a este club.

– A la hora de hacer el encuadre de un presupuesto en un equipo como este que depende de socios, patrocinadores… ¿Cómo se logra cuadrarlo?

Tenemos a Javier Tejedor en directiva, que es el economista y el que cuadra todo al máximo. Sí, es muy complicado, porque no tenemos el dato de lo que vamos a facturar cada temporada en entradas, merchandising… Tenemos el ojo de estirar lo que tenemos al máximo y creo que, hasta ahora, ha sido un trabajo muy bueno.

Hacemos una previsión inicial, pero luego van surgiendo imprevistos. Sí que es cierto que, si tenemos un superávit, lo podemos utilizar para otra partida o incluso para un jugador extra. Dependiendo de la situación, vamos regularizando y tirando de un sitio o de otro.

– Deuda cero es la premisa de Unionistas CF y del fútbol popular.

Eso es, nosotros tenemos ese compromiso y, en caso de pérdida, lo tendría que poner la directiva. Por supuesto, no cobramos ninguno. Ese es el compromiso que hace que, al final, salgan bien las cosas.

– ¿Cuáles han sido tu mejor momento, el peor y el más surrealista desde que estás en la directiva?

El mejor, lógicamente, el ascenso a Segunda B. Por la manera, la épica, todo lo que conllevó detrás y, sobre todo, fue una liberación a todo el trabajo de esos cinco años. El peor, quizá el partido en Alba de Tormes y las reuniones posteriores. Fue uno de los momentos más críticos para el club y para nosotros como responsables, como personas que dan la cara. En cuanto al surrealista… cuando me tocó hacer de Ecotín en el Tormes.

– ¿Cómo viviste ese ascenso?

Estaba al lado del banquillo visitante, pendiente de que una fotógrafa no estuviese transmitiendo información a ese banquillo. Llevaba todo el rato dándose paseos y le dije que, por favor, no se acercase al banquillo. Me pilló en ese impás. Algo dentro de mí me decía que íbamos a marcar y cuando pitó el penalti dije “aquí está”. Celebré casi más el penalti que el gol.

– ¿Qué hace Alejandro en su día a día? ¿Cuánto tiempo te quita el club?

No hay un horario fijo, pero por mi trabajo en una multinacional tengo la suerte de organizar mi tiempo y distribuirlo como yo considero con los clientes. Y Unionistas CF… pues desde el día que tienes que madrugar para ir a una institución a hacer algo, o un acto por la tarde, a cuadrarse los fines de semana. Hay momentos duros en los que no duermes bien, pero como en todos los trabajos.